sábado, octubre 19, 2013

En evolución



El progreso y el avance científico que existe en el mundo ¿es para aplaudir la obra de nuestras manos?, el ingenio que tenemos, lo evolucionados y lo avanzados que estamos, por lo menos con respecto a “nosotros mismos” hace algunos años ¿nos debe dar orgullo?, o bien es hora de revisar la historia del Rey Pirro, y declarar que si seguimos “progresando” como vamos, más temprano que tarde nos devastamos.

En la sierra madre de Guerrero, en la de Oaxaca, en Michoacán, en Chiapas, campea el hambre, la violencia, mientras con un tercio de la población, “los urbanos” que usufructuamos el estilo de vida del norteamericano promedio, sabemos, creamos una huella ambiental; una de las razones por las cuales, a nuestro paisano, se le inunda la casa, se le derrumba el techo. ¿Complicado, cierto?

No a todos se les puede ofrecer aire acondicionado. En Campeche, una madre de familia le reclamaba a un funcionario del gobierno del estado, ustedes no se quitan el pan de la boca para dárselos a sus hijos, ustedes no salen de su aire acondicionado. Más aún, lo que hay que decirle a esa madre de familia es que, si la totalidad de la población viviera, ya no como el funcionario al que increpa; sino como el más promedio de sus subordinados, serían necesarios, tres planetas; es decir, si estos niveles de consumo, se expanden al resto de la población, nos devastamos. 

Quien descubrió los “hoyos” en la capa de ozono, el Dr. Molina, es claro, resulta más económico atacar los problemas medioambientales producto del cambio climático, que atender las emergencias en las entidades afectadas por los fenómenos meteorológicos, consecuencia, como se advierte, de esa huella ambiental que tanto nos enorgullece, portamos marca, andamos lustrados .

La escuela o el centro escolar como institución social determina la conservación del Status Quo o permite su movimiento,  por ello en un sentido más amplio, la escuela es el mundo pues devenimos de una construcción social, se decía hace poco en el Hispano, Frente a Santo Domingo, en el antiguo Convento Verbo encarnado, en la SEP: las decisiones que toman las autoridades escolares, afectan a la sociedad. Cierto, importante, estar atentos.

Así, cuando recuerdo la mítica frase guevarista de “Patria o muerte”, considero que en esta nueva hora del planeta, hemos de dar la batalla para preparar un mundo sin fronteras, como lo expresaba en la Naciones Unidas, hace unas semanas el presidente de Uruguay, José Mujica, esto por un simple instinto de supervivencia, a partir de nuestro tierno nacimiento a este momento de mente colectiva.

La felicidad es capitalista, dice una amiga, en tanto que las personas aspiran a encontrarla en el consumo de bienes o en el acumulamiento de lo mismo. Sarcástica la frase, ella, después explica como la entrega a los demás, el darse a los demás, el ser para los demás, en una actitud de bondad, amor y servicio, pudiera ser el ancla de salvación de la debacle humana, estos valores son cristianos, religiosos, espirituales, sobre los cuales, por coincidente que parezca, habrán de retomarse para la salvación de los hombres, aunque luego los amantes del capital digan, no lo que pasa es que los religiosos quieren ver a todos pobres e ignorantes, “lo importante es aspirar a nuestro sistema de portafolios, carros, y corbatas”; no hay arma más fuerte contra el capitalismo que representa la violencia y la guerra, sabemos, por ejemplo, que cada minuto, ¡cada minuto!, se gastan 2 millones de dólares en el mundo, con propósitos militares; ¿si nos amamos por qué vamos a pelearnos? En esta era de mente colectiva abriremos la puerta al gobierno del amor, la luz, y la paz ¿o por el contrario, como lo han demostrado experimentos como los de Marina Abramovic, el ser humano en esta época, tiene un humor naturalmente violento?

La entrega al otro por un valor divino, innato en la esencia de lo humano, es lo que nos queda por otro lado, amar es elegir, detestar también; como dijera Pound “con usura no hay paraíso pintado para el hombre en los muros de su iglesia”. Ya va a ser mi cumpleaños, empezando el tercer piso, bien, como están las cosas por favor si me regalan algo, que sea un kilo de arroz, leche en polvo, una despensa para hacer acopio para los afectados de este país, manos, ideas, voluntad, si me van a regalar algo, que sea su comprometida amistad por cambiar el mundo hacia un lugar, un ambiente mejor, su ánimo para concretar los sueños que somos, la belleza y la verdad de su corazón hasta el fin del mundo, en mi, cual fiel espejo; lo saben, encontraran luminoso su reflejo. Aunque parezcan dos flamas, el amor viene de una misma luz. ¡Arre!, en evolución constante.


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